La calderería o pailería​ es una especialidad profesional de la fabricación mecánica.  Su función principal es la construcción de depósitos aptos para el almacenaje y transporte de sólidos en forma de granos o áridos, líquidos y gas; así como todo tipo de construcción naval y estructuras metálicas. Hoy os contamos porqué la calderería industrial es un sector en crecimiento.

El sector de fabricación avanzada y digital y máquinas-herramienta ha cerrado el año 2018 con un incremento de la facturación del 2,4% respecto al ejercicio 2017, alcanzando los 1.742 millones de euros.

Qué es la calderería industrial

La calderería industrial pertenece a un sector de la industria que tiene una gran demanda; como ya hemos comentado anteriormente, la calderería industrial es un sector en crecimiento. Son muchos los elementos que se pueden obtener a través de un conjunto de sistemas que permiten la construcción de elementos resistentes. Estos elementos tienen como objetivo; por una parte, aguantar incluso en las situaciones más exigentes y, por otra, la de garantizar la máxima durabilidad.

Para poder trabajar con el metal en una empresa de calderería industrial es necesario disponer de todo tipo de maquinaria pesada. Esta maquinaria pesada incluye las máquinas desde las cuales vamos a poder ir cortando la chapa en función de nuestras necesidades, hasta las prensas en las cuales se pueden realizar estampados y troquelar la misma chapa. Para doblar con precisión y conformar la chapa necesitamos máquinas de rodillos con diferentes características, así como máquinas de soldar que podrán ser tanto manuales como automáticas. Y también destacamos los sopletes de corte que normalmente se utilizarán para su alimentación oxígeno, acetileno o propano. Estos son algunas de las máquinas esenciales que vamos a encontrar en cualquier tipo de calderería industrial.

Todos estos procesos requieren de una revisión muy específica, de tal forma que por ejemplo se suelen utilizar los rayos X y los ultrasonidos con el objetivo de comprobar que las soldaduras y los materiales se encuentran en perfecto estado antes de seguir con el proceso. Antes de ponerlo a disposición del cliente, hay que garantizar la máxima resistencia y los acabados de máxima calidad.

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